revolcándose o esperando

“Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová. 

Esperé pacientemente al Señor. ¿Qué tan difícil es a veces esperar y confiar en el Señor aunque no tengas una respuesta? Puedes ver exactamente cómo se sintió el salmista en el siguiente versículo. Se sentía como si estuviera estancado; incapaz de salir de un repugnante pozo fangoso. Probablemente se sentía sucio y atrapado. Pero aunque pudo haberse encontrado en esa posición, nunca fue el plan de Dios dejarlo allí. Como seres humanos, muchas veces nos encontramos en lugares que no nos gustan. generalmente debido a nuestra propia obstinación, ignorancia o pecado. El pozo es un lugar bastante horrible, nadie quiere estar allí por mucho tiempo. Pero a veces, debido al desánimo de satanás y a la desesperanza que sentimos, podemos terminar revolcándonos en nuestro pozo en lugar de simplemente esperar en nuestro pozo.

Hay una gran diferencia entre esperar y revolcarse. Cuando te revuelcas en un pozo, has perdido la esperanza de salir algún día. Te revolcas en el barro, ensuciándote más y haciendo tu pozo más profundo. No estás buscando un escape, solo buscas sentirte cómodo.

Cuando esperas en un foso es una historia totalmente diferente. La idea de esperar implica expectación; esperanza. Sigues haciendo lo que tienes que hacer aunque no estés donde quieres estar. Sigues mirando hacia arriba y pidiendo ayuda aunque todavía no puedas ver la cuerda. Estás de pie, listo y dispuesto a hacer lo que sea necesario para salir. Lo más importante es que esté escuchando la voz de alguien que viene a ayudar.

Cuando invoques al Señor él te responderá. Él no te dejará donde estás. Dios quiere sacarte del hoyo en el que te encuentras y ponerte en un lugar seguro y estable. Él quiere sacarte. Si confías en él, él te establecerá, te fortalecerá y te establecerá. Cuando estamos dispuestos a hacer lo que Él quiere que hagamos y confiamos en Él y esperamos en Él, Él promete que nos escuchará y nos ayudará.

Esperar verdaderamente en el Señor requiere un oído atento y un corazón abierto y rendido. Tenemos que estar dispuestos a dejar a un lado nuestra obstinación y pecado y comprometernos a seguir la Voz de Dios. Él tiene una canción nueva para cualquiera que esté dispuesto a cantarla. Tiene un camino establecido para cualquiera que esté dispuesto a recorrerlo. ¿Estás listo para levantarte y esperar?